Editorial 2004

Por: Maria Elena Beltrán


     Parece que hubiera sido ayer cuando más de media humanidad pensó que la llegada del nuevo milenio significaba el fin del mundo; pues, ni las más fehacientes, hipotéticas e inimaginables señales de que el Apocalipsis comenzaría con la llegada del tan alguna vez lejano año 2000, pudieron detener el más natural curso de las cosas. Y cuatro años después la vida continúa, exactamente igual a como lo hiciera hasta el final del siglo pasado, sin que los ríos se tiñeran de sangre y sin que las computadoras que no estuvieran conectadas al servidor de nuestra Facultad colapsaran con la llegada del nuevo milenio.
 

     Aunque no exactamente todo continúa igual a como ocurría en el siglo pasado. La llegada del siglo XXI ha representado cambios profundos en la estructura social, económica y política de nuestro país, los cuales muchas veces no se traducen en un contento popular que conlleve a un acuerdo. Al menos el año 2004, a diferencia del tan accidentado año 2003, llegó con un poco más de calma, que hasta cierto punto permitió a los venezolanos celebrar su llegada con algo de tranquilidad; pero, una vez comenzaron a correr sus días, de nuevo la lucha entre los dos bandos en los que se ha dividido el país, oficialismo y oposición, se hizo presente para defender lo que para cada uno representa lo correcto: llevar a cabo o no el referéndum revocatorio.
 

     Pero aún así, la esperanza del venezolano, su alegría y sus ganas de seguir adelante no se han terminado, más bien, todo lo contrario, porque es ahora que realmente está tomando en sus manos el poder para decidir quién puede o no dirigir al país. Exactamente igual debería pasar en la pequeña ciudad universitaria de nuestra Ilustre Universidad del Zulia, en donde además estamos estrenando nueva decana de la Facultad de Ciencias, y nuevo director de Estudios Básicos Sectoriales…
Pero lo mejor de todo este nuevo año 2004, que por cierto es bisiesto, es lo que se puede esperar de él. Con la llegada de los rovers Spirit y Opportunity al planeta Marte, la Eurocopa 2004 a celebrarse en Portugal durante el mes de junio, las Olimpiadas Atenas 2004, la Feria de la Chinita (aunque aún falta muchísimo), el apoyo a la vinotinto para ver si por fin asiste al Mundial de fútbol, y dos nuevos semestres para sufrir, reír y llorar por el resto del año, hay suficiente como para pensar que, durante el 2004, no se tiene nada que hacer.
                                                                                                                           MEBP, 904
 



   
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